Prologo:
Una vida normal (o al menos hasta que venga alguien a destruirla)
Parte 1:
Aspiré profundamente, en el aire se sentían fragancias suaves y colores
brillantes que llenaban de alegría, era algo extraño y desagradable, pero
considerando el hecho de que esta ves iba a pasar el examen de admisión a
soldado, tenía todo el sentido el ver todo de buenos colores, bueno, casi todo,
toque el colgante en mi pecho, era una especie de tridente que me habían dejado
mis padres, era lo único que me conectaba a ellos.
Entre al mercado de Michael´s Citadel, nombrada así por el arcángel Miguel. Y lugar de batalla final de la gran guerra.
Al entrar en el mercado recordé porque me fascinaba la calle, el bullicio de la gente era contagioso, lleno de alegría, de movimiento, eso era lo que me gustaba del mercado y de la ciudad en general.
Entre al mercado de Michael´s Citadel, nombrada así por el arcángel Miguel. Y lugar de batalla final de la gran guerra.
Al entrar en el mercado recordé porque me fascinaba la calle, el bullicio de la gente era contagioso, lleno de alegría, de movimiento, eso era lo que me gustaba del mercado y de la ciudad en general.
Seguí andando por el mercado, las joyas brillaban por aquí y por
allá, las frutas también brillaban y hacían rugir mi estómago, recordé que no
había desayunado nada, salí tan emocionado que se me olvido el desayuno, tenía
ganas de comer algo. Traía unas cuantas monedas en mi bolsillo, así que me
dirigí hacia uno de los puestos de frutas. El hombre que atendía no tenía nada
que ver con el típico dueño de un puesto del mercado, era flaco y parecía tener
la mirada perdida, con el pelo algo enredado y las ropas un poco grandes para
su tamaño, contuve las ganas de reírme.
-Deme un banano por favor-.
-Son cinco Wings- me sorprendí al esuchar una voz grave saliendo de ese cuerpo.
-Pero si en otros lugares cuesta solo 3 Wings-.
-Son cinco Wings- me sorprendí al esuchar una voz grave saliendo de ese cuerpo.
-Pero si en otros lugares cuesta solo 3 Wings-.
-Subió esta mañana amigo-. En
su voz grave se notaba algo de desdén, pague los
5 Wings de mala gana, en lo tacaño si se parecía al resto de los dueños de
mercado.
-Yo quiero ese papi.-
Una niña a mi lado estaba escogiendo su anillo de ángel, la niña
se notaba entusiasmada en obtener su anillo, mire mi mano entristecido, ya que
no tenía padres no pude cumplir con la tradición de comprar mi anillo a los
cinco años. Creo que soy el único, así que nunca pude controlar mis
habilidades, bueno, al principio, no necesitaba enteramente de eso, había
aprendido a controlarlas yo solo, con las peleas con los bravucones y
con un entrenamiento que yo mismo hice; levante la cabeza y seguí mi camino,
aunque algo triste.
Parte 2:
Ser princesa no es tan fácil como dicen, te hacen todo, te visten,
te enseñan muchas cosas, pero lo que no saben es que de verdad NO PUEDES HACER
NADA SOLA. Siempre hay alguien detrás de ti, pendiente de las cosas que haces,
ni al baño puedes ir en paz y eso es algo que yo no tolero. Me
gustaría poder disfrutar de todo eso que tengo y de las cosas que me enseñan
por mí misma. Y ahora mismo, mientras doy un paseo por el castillo hay cinco soldados a
mí alrededor pendientes de que no me pase nada.
Las caminatas por el castillo son fascinantes. Para mí siempre han
sido una forma de relajarme, además de que su tamaño da para una buena
caminata. El castillo está dividido en 3 secciones. Pero la única que me
importa es la parte donde está la biblioteca, un maravilloso lugar de diez
pisos llenos de libros. Gracias a mi madre que me enseño todas las cosas del
castillo y de la biblioteca.
Hoy es el aniversario de la muerte de
mi abuelo, antes de comenzar la ceremonia decidí dar una vuelta por el
castillo, pero como siempre me andan acompañando, decidí jugarles una broma y
me puse a caminar todo el castillo sin descanso alguno, es
en estos casos en que extraño a mi
madre quien siempre me llevaba en esta clase de recorridos, así que ya tengo
la costumbre de caminar mucho, pero al parecer mis sirvientes no, ya llegue a
la biblioteca y ya he perdido cuatro de los cinco que
me seguían.
-Mi…..señora…- El ultimo joven que me seguía estaba jadeando.
-¿Puedo…quedarme…aquí? Creo que…puede cuidarse...sola.-
Intente disimular la risa, no había nadie que fuera capaz de
resistir mi paso.
-Sí, puedes quedarte, en todo caso era aquí donde quería estar.-
Pude sentir como la rabia inundaba a él joven, como
me gusta molestar a los guardias.
La cantidad de libros que había en la biblioteca eran incontables,
me dirigí a mi sección favorita, cuando llegue escuche a alguien hablando, pero
no entendía nada de lo que decía.
La voz sonaba algo extraña, con una fuerza y un acento que no lograba identificar, parecía como si dijera una frase constantemente. Esa frase, todo el tiempo la repetía, no conocía ese idioma, pero la voz me parecía familiar, estaba en la sección contigua, me acerque a ver quién era y una gran sombra apareció frente a mí.
Parte 3:
El agua resonaba a cada paso que daba el joven malherido, las
gotas de sangre escurrían del brazo, él sabía lo que se avecinaba, tenía que
detenerlo, pero esos demonios habían perturbado su paso, aun
así, eso no impediría lograr su cometido, para él que había esperado
más de 15 largos años, para él que el gran “puente entre mundos” lo eligió,
debía evitar que despertara.
Apuro su paso, las alcantarillas eran el mejor lugar para poder entrar a la ciudad sin ser detectado.
M